Hay personas que tienen un cierto magnetismo difícil de explicar. Esta fascinación que generan no tiene que ver necesariamente con la belleza física, pero sí con un aura especial que invita a la gente a orbitar a su alrededor. Por lo general, son líderes y muy exitosos en sus vidas personales y laborales, ya que su facilidad para relacionarse y su poder para influir en los demás les allana el camino para lograr todas sus metas.
A esta cualidad se le llama carisma, y la ciencia ha determinado que hay formas de adquirir esta habilidad social, si no la tienes de forma natural. De hecho, un estudio de la Universidad de Lausanne en 2011 evaluó si un curso para aumentar el carisma podría cambiar la percepción social que generaban los participantes en los demás, y los resultados fueron positivos: sí, es posible aprender a ser carismático y aquí te doy unos trucos para lograrlo.
Busca conectar con los demás: en las conversaciones, en vez de enfocarte en ti mismo, en lo que haces o en lo que opinas, encuentra maneras (lenguaje simple, comparaciones, metáforas) de que tu interlocutor se identifique con lo que le estás diciendo. Cuando sea su turno de hablar, escúchalo con atención, demuéstrale que te interesa haciendo preguntas y encuentra puntos en común que los conecten de alguna forma.
Haz sentir al otro mejor consigo mismo: en realidad, lo que más impacta a otros es cómo los haces sentir. Si mientras estuvo contigo, alguien se sintió realmente cómodo, inspirado, motivado, animado o feliz, ten la seguridad de que tu impacto y carisma serán memorables para él / ella, querrán pasar más tiempo contigo y estarán más dispuestos a escucharte y seguirte. Busca sus aspectos positivos y felicítalos, reconoce sus méritos, pregúntales sobre su área de experticia, etc.
Demuestra tu integridad con tu lenguaje corporal: el carisma tiene mucho que ver con el hecho de que te perciban como una persona confiable. Si apenas estás conociendo a alguien demuestra que eres honesto a través de tu lenguaje corporal. Cosas como mantener un buen contacto visual sin desviar la mirada, evitar cruzar los brazos y mantener tus manos siempre visibles, sonreír la mayor parte del tiempo y pararte derecho con los hombros hacia atrás ayudan a crear un halo de honestidad y confianza a tu alrededor.
Acepta con sinceridad y jocosidad tus imperfecciones: la gente admira a los carismáticos, no porque sean perfectos, sino porque son auténticos. Al reconocer tus defectos y fallas los demás se sentirán aún más identificados contigo, y eso los conectará en un nivel más profundo. No se trata de enfocarte demasiado en lo negativo, sino de aceptar con naturalidad y hasta reírse del hecho de que no somos perfectos, pero aun así, podemos ser muy carismáticos.
A partir de hoy mismo puedes comenzar a aumentar tu carisma para impactar a los demás de una forma positiva aplicando estos sencillos trucos.