La madurez emocional a los 40

5 señales de que has alcanzado la madurez emocional en los cuarenta

Aunque muchas veces la madurez emocional, que es esa capacidad de aceptar y entender lo que viene y de fluir ante la vida, no tiene que ver con la edad cronológica (puedes encontrar gente joven muy madura y gente mayor muy inmadura) lo más probable es que cuando llegues a tus cuarenta la hayas alcanzado. La vida te va poniendo pruebas y dando experiencias, y de todas ellas aprendes, evolucionas y te desarrollas, aunque en el camino haya dolor y tragos amargos (los llaman “los dolores del crecimiento”). La realidad es que esa madurez emocional es una de las herramientas más importantes para que cualquier persona pueda alcanzar su objetivo último, que es la felicidad.

 

Según el artículo Cinco señales de madurez emocional de mejorconsalud.com, estas son cinco señales de que eres una mujer madura emocionalmente:

 

  • Dejas ir para permitir llegar: Decir adiós a alguien o algo duele, pero hay que respirar profundo y soltar. Las mujeres maduras saben que cualquier cosa que se esté yendo es porque debe irse, y tienen las puertas abiertas para cualquier cosa que llegue, porque igualmente será para mejor. Tienen un enfoque de dejar fluir la vida.

 

  • No permites que tu pasado emocional arruine tu presente: Las personas maduras saben cerrar etapas. Eso no significa de ningún modo ignorar o negar las heridas del pasado. De hecho, lo que deberías hacer es sanar cualquier trauma de tu pasado, hablándolo, abriéndote. Una vez superada ese trauma, vives en el presente sin dejar que el pasado te atormente.

 

  • Si algo te molesta, aceptas y cambias: La gran paradoja es que solo podemos cambiar cuando aceptamos cómo somos. Las mujeres maduras tienen la capacidad de aceptar, de ver las cosas objetivamente y de ACTUAR para cambiar lo que sea necesario. No mucha gente tiene la capacidad de permitirse cometer errores sin culpabilidad, y tú eres una de ellas, porque entiendes que esos errores son oportunidades de crecer.

 

  • Sabes manejar las emociones y los pensamientos propios y ajenos: Entiendes lo que estás sintiendo y por qué lo estás sintiendo, y no permites que tu mente se llene de pensamientos derrotistas y negativos. De igual modo, no permites que las emociones y los juicios de los demás te afecten. De hecho, tienes una gran influencia sobre el estado de ánimo y los pensamientos de los demás.

 

  • Sabes abrir tu corazón a los demás: Y eso es algo muy difícil de hacer porque nos vuelve vulnerables ante los demás, pero la única manera de seguir avanzando es dejar de temer al compromiso, confiar en ti misma y en lo que eres, y experimentar emociones, ya sean buenas o malas, que en definitiva lo que significa es que estás viva.

 

 

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