Hay una frase del artículo Valorar la vida para lograr el bienestar publicado en recursosdeautoyuda.com que me encantó y decidí empezar este post con ella: Valorar lo que tenemos es el primer paso para alcanzar un estado subjetivo de felicidad. Analicémosla por un momento. Valorar es simplemente agradecer y darle la importancia debida a algo o alguien en nuestras vidas. Dar el primer paso significa que activamente tenemos que buscar nuestra felicidad, dar pasos en dirección a ella. Y califica la felicidad como un estado subjetivo porque depende de la perspectiva de cada persona darle una definición a lo que es la felicidad para cada una de ellas.
Ahora bien, pareciera que muchas veces nos enfocamos más en lo que no tenemos, en lo que nos falta, en nuestras carencias (“¡cuando tenga x o y sí podré ser feliz!”) que en todas esas cosas que sí tenemos, y que si las valoráramos más nos podrían dar esa felicidad que estamos buscando frenéticamente donde no es.
El artículo Aprende a valorar lo que tienes, antes de que sea tarde de lamenteesmaravillosa.com ofrece tres maravillosos consejos para que desde este mismo instante empieces a darle valor a todo lo bueno que hay en tu vida, lo cual hará que te sientas instantáneamente feliz:
- Descubre los pequeños tesoros de tu vida: Hablemos de cosas simples como tener un techo sobre tu cabeza, alimentos para comer, agua caliente, que quizás en este momento no te parecen grandes cosas, pero si te detienes un minuto para pensar en los cientos de millones de personas en este mundo que no tienen ni agua limpia para beber o bañarse o un pan para llevarse a la boca, entonces te corresponde agradecer y valorar tu casa, tu comida. (¡Hasta tus sentidos! Puedes ver, oler, hablar, tocar, caminar ¿Cuánta gente en el mundo no puede?) Hablemos también de esas pequeñas cosas y momentos que no se pueden comprar ni con todo el dinero del mundo, la sonrisa de un hijo, el abrazo de tu pareja, el calor de tu familia, ese momento divertido con amigos.
- Valorar lo que tienes requiere de un esfuerzo: ¿Por qué esfuerzo? Porque hay que hacerlo de manera consciente. Debes tomarte un momento del día, así como lo tomas para ducharte o lavarte los dientes, para detener lo que estés haciendo y agradecer desde el fondo de tu alma por las cosas que sí tienes. No está mal aspirar a más, pero debes pensar que, aunque no consigas eso adicional que quieres, con lo que tienes ahora puedes ser feliz.
- Quitarle valor a las cosas sin importancia: Muchas veces no valoramos apropiadamente lo que tenemos porque le damos demasiada importancia a las cosas insignificantes que nos suceden. A nadie le gusta tener que esperar veinte minutos en la cola de un banco, y eso te puede enojar pero si lo ves como una oportunidad de pasar veinte minutos ininterrumpidos conversando con tu hijo, es posible que lo agradezcas en vez de estresarte de más.
Por último, haz un ejercicio revelador: Cierra los ojos y piensa por un momento que pierdes todo lo que tienes, y todas las personas que quieres. ¿Cómo te sentirías? En ese momento, abre los ojos y empieza a apreciarlos, ya, ahora mismo.